Ser empresario o emprendedor no debiera implicar de ninguna manera ser un esclavo de nuestra empresa o emprendimiento.
Pero tampoco significa que debamos dejar nuestro negocio librado a los horarios que nos sobran o superponer actividades.
Tenemos que aprender a equilibrar nuestras actividades, tareas y obligaciones, de modo tal que logremos poner cada tiempo en su respectivo lugar, cada actividad en sus respectivos horarios.
De ninguna manera estará bien, dejar de lado nuestro negocio por atender asuntos familiares (no digo que no sean importantes), pero tampoco estará bien dejar esperando a nuestros clientes por atender otro tipo de asuntos.
¿Y si amamos lo que hacemos, amamos mucho nuestro trabajo?
Aún cuando amemos lo que hacemos, debiéramos dosificar las actividades de nuestra vida cotidiana y darle un tiempo a cada cosa.
Una solución inteligente a esta frecuente dificultad que vivimos los empresarios o profesionales autónomos es la que proponemos a continuación:
PRIMER
a) Asumir que cada actividad merece su tiempo.
b) Entender que si no le damos el tiempo necesario a nuestro negocio: fracasará.
c) Estar consciente de que si descuidamos nuestra vida familiar y social, de salud y académica, también las cosas en nuestra vida comenzará a marchar mal.
LUEGO
a) Establecer un horario de vida trimestral y mensual (no semanal).
b) Incluir todas las actividades y aspectos que favorecerán a nuestra vida.
c) Priorizar los aspectos importantes (nuestro negocio, nuestra familia, nuestra salud, nuestro crecimiento), pero no olvidar los menos importantes ni los necesarios.
FINALMENTE
a) Cumplir a rajatabla nuestro horario.
b) Evaluar mensualmente.
c) Ajustar mensualmente.
Con esta práctica llevaremos nuestras vidas al siguiente nivel, es hora de comenzar.
Si te gustó este artículo y quieres recibir ideas como estas en tu e-mail, sucríbete ahora mismo, es gratis, haciendo CLIC AQUÍ.
Foto: pxhere